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A las 20 horas del día 10 de marzo se encendieron los micrófonos del Salón de actos de la Fundación CB. Lewis, como siempre, atento a que todo estuviera a punto.

Antonio Castro, siguiendo la liturgia de todos los lunes dando las gracias a la Fundación CB por continuar arropando a la Tertulia Pagina 72 en estos eventos de autores invitados.

A renglón seguido intervine, como secretario de la tertulia hablando del autor invitado. Unas pinceladas de su bio-bibliografía, que en el caso de Fermín, es muy interesante. Este historiador-escritor no ha perdido el tiempo. Resalté de forma especial sus estudios de investigación como: La República de Weimar. Historia de las instituciones religiosas en Córdoba. El saqueo de Córdoba. Historia de la batalla de Alcolea. Y además, su colaboración durante algunos años en periódicos como: Trafalgar Información, Puente Genil Información, Baena Información, Palma del Río Información, Écija Información y muchos otros de ámbito regional, al mismo tiempo ha participado en la publicación de los comics de Martin Mystére de la Editorial Aleta Comic; colaboró en la Revista Margen Cero, en la Revista Bulevar, en Vega Literaria por citar solo algunas.

Subrayé los tres premios que Fermín cuenta en su haber: Primer Premio XVI Certamen Literario Internacional de Motril. (2013); Primer Premio IX Certamen Literario Alfambra (2015); Primer Premio II Certamen Noches Poéticas de Bilbao (2016).

Este, por ahora director de la mejor academia de Córdoba provincia, la Cruz Conde, acumulaba una veintena de participación en concursos literarios en los que había sido finalista. Pasar esta criba de los jurados en los concursos literarios ya era un logro digno de tener en cuenta. De esta forma su obra es extensa. Cité algunas de estas que aquí dejo:

1. Los Poderes Ocultos de Adolf Hitler: Historia Esotérica del nazismo.  Editorial Corona Borealis. ;
2. El País Evanescente: Mitos y Leyendas de China. Editorial Corona Borealis;
3. El niño que intentaba atrapar una sombra: desvelando a Poe. Editorial Corona Borealis;
4. Versos desde el corazón. Editorial Diversidad Literaria (antología de poetas actuales);
5.Tú. Ediciones Talento (antología de poetas actuales);
6 Ver S.O.S (Editorial Deletras) (antología de poetas actuales);
7.Relatos en el filo de una hoja. Editorial Corona Borealis;
8.The A.B.C Poe. A limited edition illustrated tribute;
9 David Forges (ilustrador);
10. Fermín Castro (escritor). Ed Play Attitude;
11. Amor y Poesía. Escritores de habla hispana (antología de poetas actuales). Ed. Toledo S.L ;
12. Los mejores Poemas. Editorial Imagenta (selección poemas para XXIII Premio de Poesía Luz);
13. La Calle que tú me das Homenaje a Antología Cercada. Editorial Cuadernos La Gueldera. 2016 ;
14. Los enigmas ocultos de Shakespeare. Editorial Corona Borealis.;
15 La X en la palabra. Editorial LUPI (2016);
16 El Tercer Sexo. Editorial Corona Borealis (2017);
17. La Guerra de Dios. Editorial TAU (2018);
18. Desvelando a Lovecraft. Editorial Corona Borealis (2020);
19. La princesa Cristales. Editorial Entrelíneas (2021);
20 Zikaron. Cinco miradas en verso. Editorial Letras cascabeleras. (2022)

PRESENTACIÓN DE ADRIÁN TEJEDA.

Adrián es el tertuliano que acompañó a Fermín Castro. Éste introdujo a los presentes en el evento con estas palabras:

Cuando uno recibe la notable y comprometedora tarea de presentar el trabajo de cualquier autor, lo primero que se le pasa por la cabeza es cómo poder enfocar “la escena” (en este caso, nunca mejor dicho).

Ante esta circunstancia, los caminos que al menos a mí se me ocurren pueden ser dos especialmente:

1)  Hablar en profundidad de la obra que toca analizar desglosando los puntos cardinales que a mi juicio contiene la misma, un ejercicio harto peligroso por donde no quisiera yo transitar puesto que nunca se tiene el criterio suficiente para analizar una propuesta ajena.

2) El compartir con la audiencia las impresiones y sensaciones que el trabajo le ha sugerido tras su lectura.

En mi caso, como se podrán imaginar, me he decantado por esto último ya que pienso que no hay una manera más elegante de poder afrontar este reto que asumiendo el papel que realmente me corresponde, el de mero lector. Para defender lo presentado, si es necesario hacerlo,  ya se encargará el responsable de la obra puesto que es él y sólo él es quién dispone de la autoridad y criterio necesario ante tan complicado hacer.

Creo que con todo esto que acabo de exponer,  queda bien claro el motivo y el alcance de las palabras que a continuación les expongo.

En primer lugar, debo decir que Los enigmas ocultos de Shakespeare, obra que venimos a dar a conocer aquí y escrita por el autor cordobés Fermín Castro,  me ha hecho reflexionar sobre un tema que sólo conocía de soslayo pero que desde hace tiempo para acá ha levantado en mí un cierto interés, y es el papel del drama en nuestra vida, un enigma del que alguna pista nos dio uno de mis Dioses  en esto del arte de la escritura, el inclasificable Elias Canetti.

Para Canetti, es el drama un género completo y complejo que recoge en sí la grandeza de lo humano, una acumulación de todas las aristas que forman parte del Hombre que unas veces contempla al mundo con una mirada aristotélica y otras desde su reverso dionisíaco: «de todas las posibilidades que tiene el hombre de resumirse, el drama es la menos engañosa» decía Canetti al respecto en 1942. De alguna manera lo que intentaba expresar era el sentido de universalidad que a ojos del autor de Masa y poder proporcionaba tal género, el cual se convierte así en una especie de registro  que recoge todas  las manifestaciones del individuo soberano, o mejor dicho, del amplio espectro de individuos soberanos que pueblan nuestro acervo histórico-cultural y que sobresalen de nosotros cristalizados en forma de máscaras heredadas.

Y esta última aseveración la traigo a colación por dos motivos principales:

La primera, por el hecho general del papel del teatro: tal y como yo lo entiendo,  la obra dramática se traduce en una suerte de impostura, una gran máscara en el sentido de que supone una mimetización ficticia de la realidad oculta que a veces es más cruel y exacerbada que la propia representación en sí.

Por otro lado, está la importancia que la máscara tiene en esta singular teoría del drama que propone Canetti con aquello de la figura de las máscaras acústicas en su concepción de la obra, una suerte de atributos audibles que nos definen a cada uno de nosotros y esenciales para poder construir los personajes que descansan sobre repliegues de máscaras que van intercambiándose (metamorfoseando en la terminología «canettiana«)  tal y como se nos muestra en La boda, La comedía de las vanidades o Los emplazados (sus tres únicos dramas publicados).

Precisamente y relacionado con esto, debemos indicar otras dos cuestiones fundamentales de la idea «canettiana» del drama:

  1. la importancia de los personajes, siempre elegidos entre los extremos más rocambolescos, envueltos en situaciones tragicómicas que ensanchan el espacio vivencial de lo real en el que se posan. Realmente el mundo pasa a ser una especie de sustrato dónde se presentan giros copernicanos de comportamiento  derivados de la inherente metamorfosis conductual a que están sujetos los personajes, y que nos muestra un rostro grotesco conocido pero a la vez alejado de nuestra cotidianeidad que logra romper la quietud del espectador.
  •  La idea, la base sustancial de la trama cuyo valor  está en que aunque novedosa (toda obra debe aportar algo nuevo) pudiera haber sido descrita por toda persona y que por esto  sirve para que cualquier individuo se abrace sin un esfuerzo mayúsculo a la causa.

Es curioso que en todas estas disertaciones que aquí exponemos Canetti nunca haya mencionado a Shakespeare como ejemplo de autor dramático por excelencia: sí lo hace con Aristófanes, por ejemplo, al que valora como tal por encima de todos y del que confirma haber recibido una gran influencia.

Probablemente, el perfil del padre de Macbeth o de Hamlet no se ajustara del todo a la teoría «canettiana,« «perfil que por otro lado y según nos expone Castro en su obra, no está del todo definido sino sometido a hipótesis diversas que invitan a la leyenda.

Para empezar, Shakespeare no se veía a sí mismo como esa especie de mistagogo como nos presenta Canetti al dramaturgo, puesto que la misión de Shakespeare no era representar al mundo desde un punto de vista existencial. Muy al contrario, Castro nos sugiere que sus objetivos eran más mundanos:  divertir a las masas, hacerse un nombre dentro del imaginario colectivo, una referencia dentro de los dramaturgos de la corte y por lo tanto alcanzar así la fama y la riqueza (objetivos que cumplió en vida sobradamente).

Por otro lado, no hay constancia (y posiblemente tampoco necesidad) de que para desarrollar la hondura de los personajes dramáticos de las obras de Shakespeare, su autor se dedicara a pasar sentado largas horas en cualquiera de las tabernas londinenses o de su Stratford natal solamente escuchando a las gentes para así desarrollar esas máscaras acústicas de las que hablaba Canetti.

No obstante, hay que decir que en las obras de Shakespeare también aparecen personajes abismales, extremos, tales como lady Macbeth, por ejemplo, aunque para su construcción, Shakespeare siguiera otro sistema diferente del de Canetti.  En los dramas del de Stratford, tanto en la comedia como en las tragedias, sus historias son absolutamente amplias y diversas, muchas de ellas nacidas de adaptaciones de obras previas (Romeo y Julieta, por ejemplo), y por lo tanto no exactamente inéditas, lo cual dista mucho de haberse gestado bajo los hospicios de esa idea germinal de Canetti a la que antes mencionábamos.

Teniendo en cuenta todas estas apreciaciones no es difícil entender el porqué de la enorme distancia que pudiera haber en el planteamiento de uno y otro dramaturgo y el motivo por el que Canetti no haya considerado nunca al que se dice padre de las letras inglesas. No obstante, y esto es una realidad, en ambos casos estamos hablando de dos casos extraordinarios sostenidos sobre la inmortalidad de su obra.

En el caso de Shakespeare, existen testimonios que así lo abalan como es el caso de   Los enigmas ocultos de Shakespeare del cual nos va a hablar ahora su autor.

Una vez terminado Adrián, tomó la palabra Fermín Castro. De entrada, Fermín agradeció a los que propiciaban el encuentro y a los presentes. A estos por elegir este evento por encima del mal tiempo y de otros asuntos más cercanos y cómodos.

Fermín subrayó que hablar de este libro pasaba por unas indicaciones previas para luego terminar con los personajes femeninos de la obra de Shakespeare.

  1. INDICACIONES PREVIAS:

De entrada se preguntó por el porqué de este libro, por qué lleva tiempo escribiendo sobre escritores: Poe, Lovecraft, Lorca, Oscar Wilde, en este caso, Shakespeare. Se respondió diciendo que todo era debido a  la rareza de los escritores, y de cómo esta singularidad le empujaba a indagar sobre ellos.

Fermín Castro abordó la obra y la figura de Shakespeare. De la obra subrayó su excelencia y de como ésta no estaba en consonancia con la propia vida del escritor que, igual, no había sido tan grandiosa.

Al referirse al autor indicó que él se había encontrado con algunos enigmas. Así: – referente a su biografía. No sabemos cuándo nació ni cuando murió. Se sabe cuándo lo bautizaron, pero nada más. Eso sí, los ingleses, según Castro, en medio de un contexto del calendario juliano, sitúan su muerte en el mismo día de San Jorge, patrón de Inglaterra. Y para colmo, también, con la muerte del gran Cervantes.

Su vida es todo un enigma. Casado muy joven y padre de unos hijos desaparece de la escena pública durante algunos años. Por qué desaparece tiene que ver con ciertas coplas jocosas que le hace un Lord. El caso es que durante un montón de años no se sabe nada de él. Este hecho hace que algún biógrafo compare a S con Cervantes en el hecho de su ser aventurero: Si Cervantes estuvo en Lepanto S estuvo en Flandes. Y de todo esto no existen pruebas. Algunos lo sitúan en Italia porque muchas de sus obras se desarrollan allí. Lo más probable es que S se fuera a la Londres para desarrollar sus obras de teatro.

Durante el tiempo de su desaparición es seguro que, de forma autodidacta, se dedicó a formarse. Y he aquí que en los finales de siglo XVI, de pronto, aparece la estrella de S. Todo un enigma.

Referidos a la autoría de la obra. Se cuestionaba si realmente S fue el que la escribió. La genialidad de su teatro hace plantearse algunas cuestiones. Cómo puede ser él el autor de obras maravillosas si el S real es alguien con una formación muy endeble. Esto parece un contrasentido. Otra curiosidad a tener en cuenta su caligrafía. Lo poco que se conserva de su puño y letra es horroroso. Parece sacado de alguien que no tiene evidentemente formación.

Hay quienes llegan a pensar que hay muchos Shakespeare y que en realidad él era como un testaferro.

-Hay que subrayar, dice Fermín, que el teatro es para verlo sin embargo en Shakespeare el teatro es para leerlo. Él fue un revolucionario del lenguaje. Respecto de esto Castro tomó una curiosidad, algo que puede parecer una anécdota y que sin embargo es algo significante, simbólico: su partida de nacimiento aparece escrita en latín y la de su muerte en inglés. Es el símbolo paradigmático del lenguaje el antes y el después del gran autor.

– El teatro de Shakespeare es la excelencia. Centrándose en esto, Fermín Castro, comentó que la dramaturgia de Shakespeare es muy actual.  El teatro de entonces no era solo algo para entretener o para conseguir dinero, a él se iba para otras cosas. Y todo ello, en una época de persecuciones religiosas.

Seguir Fermín fue colocando en su exposición otras cuestiones:

¿Era católico o protestante? La mayoría de sus biógrafos dicen que era católico. ¿Era heterosexual u Homosexual? Esta última pregunta la retoma Oscar Wilde. ¿Por qué esta pregunta sobre su sensualidad si de sobra estaba probado que era un hombre casado y con hijos? Parece ser que todo viene por la consideración de unos poemas de carácter homosexual que luego, en la época victoriana (siglo XIX) se cambió en ese poema, el pronombre el por el de ella, el masculino por el femenino..

Otro interrogante: ¿Sabía firmar o no? Esta cuestión surge al mirar en sus contratos como las grafías de las firmas no coinciden su nombre. Y de aquí pasamos a preguntarnos si sabia escribir o no. ¿Dónde están las páginas manuscritas de sus obras. El era un escritor y sin embargo hay pocos documentos manuscritos. ¿Dónde están?

¿Tenía libros en su casa? En su testamento no parece que él tenga una gran biblioteca. Lo único que deja a su mujer en el testamento es una cama vieja. Mirando todas estas cuestiones, dice Fermín, Shakespeare va dejando una estela de interrogantes. Con él algo se nos escapa. P.e. ¿ cómo es posible que en tan poco tiempo escribiera obras tan geniales? parece ser que algunas de sus obras fueron escritas con otros autores. ¿Cómo es posible que escribiera tanto? Parece ser que era una forma de sobresalir en un mundo extremadamente competitivo.

  1. LAS MUJERES EN SHAKESPEARE

En definitiva , Fermín Castro, se enfrenta en su libro con un personaje como Shakespeare. En él no escribe sobre generalidades sino de otros elementos particulares, como son sus mujeres, las protagonistas de sus obras. Estas mujeres fueron interpretadas por hombres porque en su época estaba prohibido que las mujeres fueran actrrices. Con este hecho sus obras se prestan a un juego de espejos, a un juego de equívocos. En sus representaciones se veía a un hombre disfrazado de mujer pretendiendo seducir a un hombre.

Los personajes de Shakespeare son potentes, como la Reina de Inglaterra. A pesar de todo esto, en Shakespeare sí se da una revalorización de lo femenino. Los personajes femeninos de sus obras se sobreponen a los masculinos.

Respecto a todo esto, Castro dirá que hay unas obras donde se produce el juego de equívocos:

-En Romeo y Julieta unos caballeros, los de Verona, luchan y en medio de esta batalla aparece Julieta, la heroína moral y Rosalinda, la heroína realista. Los personaje son arquetipos.

-En El mercader de Venecia, aparece Porcia que es la heroína intelectual.

-En El sueño de una noche de verano tenemos a Viola, la que se disfraza de paje para conseguir acercarse a su amado. esta es la heroína donjuanesca.

De todo esto, nuestro autor saca dos conclusiones: 1) que la mujer disfraza de hombre consigue la libertad porque para ser libre, porque para ser libre en esa época, tenía que ser hombre; 2) que una mujer una vez conseguida su libertad es mejor que el hombre; la mujer puede conquistar más disfrazada de hombre que el propio hombre cuando hace eso mismo.

De lo segundo tenemos claros ejemplos:

Julieta, el personaje de Romeo y Julieta, es una niña, una púber con un amor desvergonzado que quiere que Romeo suba por una hiedra al balcón de su habitación. No es el suyo un amor platónico sino carnal. Y auqui, pone Shakespeare el contrapunto porque este es un amor condenado a la muerte. La situación conflictiva marca la obra de teatro como una de las preferidas en el Romanticismo donde amor y muerte son las caras de una misma moneda. Así esta obra, Romeo y Julieta se hace inmortal en el hecho mismo de la muerte de los personajes principales.

Desdémona, de Otelo, es un personaje muy querido en el siglo XIX. Este personaje se viste de las virtudes propias de la época: templanza, honradez, fidelidad. Esta última virtud se paga con la muerte violenta, con el desprecio, con el odio de Otelo. En realidad, Desdémona es una rebelde que tuvo que luchar contra su familia para conseguir el amor de Otelo.

-Cordelia en El rey Lear, es otro personaje maravilloso. Es la mujer sincera y fiel a su padre. Y ¿c´pomo la tata éste, con qué desprecio.

Lady Macbeth, un gran personaje en las obras de Shakespeare. Es la mujer que arrebata la conciencia de Macbeth y empuja a este a matar al Rey. Lady Macbeth es un personaje malvado, el mal personificado, la desnaturalización de lo femenino, la transformación de la ambición en su grado máximo. Es un personaje que pierde la figura de lo femenino.

 

Cleopatra, un personaje trágico donde se encarna el amor que termina en muerte. Este personaje es el más exuberante de la literatura. Cleopatra es el erotismo y sensualidad capaz de poner a todo un imperio a sus pies. sin embargo, la tragedia de este personaje es enamorarse y el amor es el que le lleva a la muerte. Jugar con el fuego del amor es peligroso.

Catalina, de La fierecilla domada. Un personaje donde los giros y contragiros se dan al mismo tiempo que las respuestas y contrapropuestas. Una mujer lista, mas que ninguno de los personajes. Catalina expresa la libertad. Ella quiere casarse con un hombre diferente al que su padre le impone.. Es así que rechaza a todos los pretendientes. Ella representa la lucha de género.

Ofelia, de Hamlet, es uno de los personaje que aparecerá en diferentes siglos y en especial en la época prerrafaelista. La Ofelia que se sumerge en el agua rodeada de flores. En ella la tragedia es el resultado de un despecho que termina en depresión por el desprecio sufrido. Un final triste y romanticop muy propio de la lirica y de la poesía. Es así que Rimbaud retoma al personaje para hacer uno de los poemas más bello de la literatura. Aquí unos versos de la primera estrofa:

«En las aguas profundas que acunan las estrella,
blanca y cándida, Ofelia flota como un gran lirio,
flota tan lentamente, recostada en sus velos…
cuando toca a muerte en el bosque lejano.
«

Todas estas mujeres son capaces de hacer más qaue los hombres tanto para lo bueno como para lo malo.

Fermín Castro terminó la presentación de su libro diciendo que en él ha expuesto unos personajes con diálogos terribles, con frases que no te dejan dormir por la crueldad y actualidad que representan.

Hay que leer a Shakespeare, para entender el siglo XXI, como los lectores de los siglos precedentes. En realidad, cada siglo a elegido una obra con capacidad para conformar el río turbulento de sus días. ¿Cual será la obra de este siglo?

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