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La última vez que fuimos a Galicia, a visitar a unos amigos, estuvimos en la casa de la madre de mi amiga. Tengo que decir que me impresionaron las manos de aquella mujer. Me fijé en ellas mientras nos agasajaba con unos platos que había preparado para el almuerzo. El movimiento de aquellas manos gruesas, arrugadas y fuertes, me hicieron pensar. De esos instantes brotaron estos versos. Los he traducido al portugués que domino mejor que el gallego. Espero que no se enfade al verlos así.

A Eudosia, mujer y  madre

            Manos,
que curtidas navegan
entre verduras y cielo;
que acarician la tierra
empapada de secano.

                                    Tus manos
miran verdes
el eco azul del horizonte;
callan sonrisas
de vendimias en septiembre.

            Manos
que surcan roncas
la huella del invierno
que abrazan la vida susurrada
en el blanco de los días que pasan.

                                    Tus manos
tus maternales manos,
soportan, llantos de mañana,
abiertas a la noche
con vigilia de amores.

            Esas manos
con olor a surco
bañado de viento, de flores,
se abren, grávidas gaviotas,
a la dura tarea del pan.

                        Tus manos
reflejan paisajes de dolor
de juventud lleno de risas,
un horizonte de rías,
de nublados.

            Esas manos
solas, sólo tus manos
oleaje de ternura
próximas a la luz, al sonido
prendido al vértigo de la carne.

                         Tus manos,
mujer, mariposas
multicolores, aletean inocentes
en la fuente del ser
dibujando el cotidiano.

            Esas manos,
tus gruesas y agrietadas
manos, amor de cada día,
tus cálidas, tus rotas, tus sencillas
manos,           mujer.

[ De La vida en un instante.]    

                                

Mãos,
que envelheceram, navegam
entre os legumes e o céu;
que acariciam a terra
embebida em terra seca.

As tuas mãos
olham verdes
o eco azul do horizonte;
silenciam sorrisos
das vindimas em Setembro.

Mãos
que sulcam roucas
o rasto do inverno,
que abraçam a vida sussurrada
no branco dos dias que passam.

As tuas mãos,
as tuas mãos maternas,
suportam os gritos da manhã,
abertas à noite
com a vigília do amor.

Essas mãos
com o perfume do sulco
banhado pelo vento, das flores,
abrem-se, gaivotas grávidas,
para a árdua tarefa do pão.

As tuas mãos
refletem paisagens de dor, um canto
de juventude repleto de risos,
um horizonte de estuários,
de nuvens.

Essas mãos
sozinhas, só as tuas mãos,
ondas de ternura
próximas da luz, do som
presas à vertigem da carne.

As tuas mãos,
mulher, borboletas multicolores,
svoaçam inocentemente
na fonte do ser
desenhando o quotidiano.

Essas mãos,
as tuas grossas e gretadas
mãos, amor quotidiano,
as tuas quentes, as tuas quebradas, as tuas simples
mãos, mulher.

                                               [ De A vida num instante.]

One Comment

  • ¡Mujer! Tus manos son un verdadero paisaje, ¿verdad? Una mezcla de surcos de campo y rías de melancolía. Son como un mapa de la vida, hecho con paciencia y un toque de olor a flor que desarma. Aunque suavizan los gritos de la mañana con amor, también saben encontrar la dulce ternura en el vértigo de la carne, ¡qué aventura! Son las manos que dibujan el cotidiano con la agilidad de las mariposas y la solidez de la tierra. Esas manos, ¡qué manos! Navegan entre los legumes y el cielo, acariciando la tierra seca con sabiduría. Son un amor de cada día, rotas pero sencillas, que sostienen el pan y la vida misma. Una verdadera obra de arte en constante evolución.màn hình đếm ngược thời gian

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